José Ángel Arranz asegura que se revisará la zona de pesca para minusválidos.

La ponencia que se celebró ayer en la localidad leonesa de Valdelugueros coincidió con la clausura del proyecto de Pesca, Sostenibilidad, Turismo y Familia. Participaron el director general de Medio Natural de la Junta, José Ángel Arranz, el periodista Eduardo García Carmona, el profesor y colaborador de Diario de León, Pedro Vizcay, y el jefe de Servicio de Desarrollo Rural de la Consejería de Agricultura, Isidro Sanz. Estuvo moderada por el director de El Mundo de Castilla y León, Pablo Rodríguez Lago, quien apuntó en su introducción que hay que tener muy en cuenta la opinión de los lugareños porque —matizó— «son los que saben de los ríos, ya que los conocen profundamente».

Arranz consideró que la nueva Ley de Pesca «es un paso claro para ser una referencia a nivel internacional» y recordó que «la obligación de una administración pública es generar una actividad económica para que los vecinos tengan un puesto de trabajo», por lo que —declaró— «no quedaba otro remedio que regular la extracción de pesca en los ríos». A su juicio esta ley se ha hecho con un planteamiento libre que permite la pesca con muerte y, sobre todo, reclamó paciencia ante una normativa que acaba de implantarse. «Estamos dispuestos a ajustar los principios de la nueva Ley, que impone una obligación a la administración, pero que contribuye al desarrollo rural», explicó. Comprometió, además, una reestructuración en los Ares de León, en el lugar de Selga de Ordás, donde tienen que seguir pescando los minusválidos.

Por su parte, Pedro Vizcay mostró su controversia porque «esta normativa lo que hace es criminalizar al pescador» y aseguró que esta actividad decae año tras año, convencido de que lo «importante es mantener la calidad de los caudales». Insistió en que «pescar sin muerte será un fracaso en el futuro». Carmona, por contra, se alineó con la nueva Ley porque declara a la trucha especie preferente.