Luis Alfonso figura en primera posición, seguido por Pablo Castro y Manuel Álvarez.
Ha comenzado con muy buen pie la liga de pesca con mosca organizada por deportes Santana. En las dos primeras jornadas, realizadas en el lago Monte de Jabares, se han contabilizado 1.119 truchas con ejemplares que frecuentemente superan el medio metro. Hasta el momento hay tres leoneses copando el podio en la clasificación, Luis Alfonso figura en primera posición, seguido por Pablo Castro «el bombero» y Manuel Álvarez. La lista, sin embargo, está muy apretada pues en cuarto lugar aparece Yasmani Nieves de Cuba y el francés Xavier del Río Quinto, todos prácticamente con la misma puntuación.
El mayor número de capturas, de momento, lo está consiguiendo Jon Huerga con 39 truchas, aunque ocupa el puesto número 10 en la general. La fórmula que se utiliza para establecer la clasificación premia la regularidad, de forma que no siempre quién mas pesca está mejor posicionado, pues puede sacar muchas truchas en un puesto y cero en otro.
Tras esta primera jornada, que fue preciso doblar para dar cabida al alto número de inscritos, 72 pescadores llegados principalmente de Castilla y León, se produce un parón hasta el próximo mes de febrero, en que se reanudará en un escenario todavía por determinar en función de las condiciones de pesca, pero que probablemente se realice en el lago Llanillo de Burgos.
Los peces capturados son básicamente truchas arco iris que reciben una puntuación similar hasta los 40 centímetros. Si superan esta medida la puntuación se incrementa. Cualquier otra especie como lucio o blak bass, que alcance la talla, puede ser contabilizada con la puntuación mínima. En todo caso tan solo ha llegado a contabilizarse algún lucio de tamaño medio.
En este tipo de pesca es importante conocer donde comen preferentemente los peces. Dependiendo de la profundidad se utilizan diferentes líneas, mas o menos hundidas. También la distancia de la orilla suele facilitar las capturas, así como el tipo de señuelo. Cambiar en cada momento sin pérdida de tiempo es fundamental, por lo que cada uno lleva un cañero con hasta media docena de cañas cada una con su línea y su señuelo. Cada concursante guarda celosamente sus secretos, pero el triunfo final siempre se dilucida entre una decena de pescadores.