Los trabajos evitarán los vertidos al Torío e instalarán un sifón para cruzar el río.

La eliminación de la fosa séptica de Villaobispo de las Regueras, ubicada en el camino del Portillín, ha comenzado, como estaba previsto, en cuanto el cauce del río Torío ha descendido, lo que facilita las tareas. La Mancomunidad Municipal para el Saneamiento Integral de León y su Alfoz (Saleal) había adjudicado ya los trabajos el pasado 6 de febrero a la empresa Espina Obras Hidráulicas por 285.000 euros, para corregir las deficiencias depurativas de esa fosa, que, según los análisis, ya no funcionaba correctamente y generaba algunos problemas de vertidos al Torío de las edificaciones situadas al este del cauce (margen izquierda).

De ahí que se plantee llevar esos vertidos hasta el colector principal situado en la margen derecha del río, que va recogiendo las aguas fecales de todo el término municipal de Villaquilambre y dispone de una gran sección de tubería de 1.200 milímetros de diámetro con capacidad para asumir mayor volumen de aguas sucias. Para ello se debe atravesar el Torío e implantar un sifón que permita cruzar el río a una profundidad adecuada, según consta en el proyecto. El alcalde, Manuel García, valora positivamente el poder «abordar este punto de saneamiento pendiente», y enganchar los vertidos de los vecinos de ese barrio, ubicado al final de Villaobispo, y con una pequeña zona industrial, a la depuradora de León. «Las fosas sépticas son sistemas obsoletos que se están eliminando y gracias a las obras se sellará y anulará», comentó.

La actuación requerirá una canalización de 500 metros en la margen izquierda del río y la retirada de algunos árboles. Tras las excavaciones se revegetará la zona y se procederá a la plantación de nuevas unidades de la misma especie arbórea. Las obras discurren por viales públicos de la localidad, así como por fincas de la junta vecinal de Villaobispo.

La empresa debe vigilar el nivel freático y una conducción cercana de abastecimiento general, de 1.000 milímetros de diámetro, que proviene de los depósitos de Villavente (toma del Porma). Previamente al sifón del río, se dispondrá una reja de gruesos que retendrá los materiales de gran tamaño que pudiesen generar atascos. También se incorporará una estructura de desarenado y desengrasado, formada por dos unidades de una capacidad de 50 litros por segundo cada una, que retendrán los flotantes; y un aliviadero que desagüe los excedentes en periodo de lluvia o que entre en funcionamiento en caso de avería.