Despierta el día, es verano, estamos en el mes de julio y todavía con la fresca de la mañana decido ir a pescar. Y digo "decido" ya que a pesar de tener solo 17 años no preciso carnet de conducir, ni de nadie que me acerque a los pies del rio.Tengo la inmensa suerte de vivir al lado del rio, a escasos 20 pasos, y , me atrevo a decir que, sin lugar a dudas soy un privilegiado, o al menos eso pensaría cualquier pescador que tenga verdadera afición.
Son las once de la mañana, y después de desayunar sin prisas, me pongo las chanclas y voy hacia la cochera donde me enfundo el vadeador y me dirijo hacia el rio, mis perras me acompañan.
Hoy he decidido pescar a cucharilla, dadas las horas que son y con el luminoso dia que me acompaña creo que me dará buenos resultados, aunque quizás si salgo por la tarde lo haga a pluma.
Doy los primeros pasos en la orilla, el olor a fango penetra por mi nariz mientras observo, a la otra orilla la precipitada salida de un martin pescador al que he debido de asustar. Ya voy por medio rio, miro arriba y abajo y ... ni un alma, el sol ya se refleja intenso en la superficie del agua cuando comienzo a varear.
Me gusta la pesca a cucharilla, mi manera de pescar con ella quizá pueda llamarse peculiar ya que, por suerte o por desgracia no me enseñó nadie, a base de observar, sobretodo a mi hermano y primo he conseguido llegar a hacerlo de una forma creo aceptable.
Pescando en pozos y sierras pegados a la otra orilla, en varadas no muy largas, tirando desde medio rio y en zonas más bien de aguas paradas, en aguas profundas.
LLevo veinte minutos pescando sin resultado alguno, cuando en un precisa varada, ya cerca de "la isla" consigo lograr una picada, parece una buena trucha, tras una ligera lucha consigo cogerla, es de poco más de la medida.
Estoy en la gloria, noto la cercania con la tierra, con la naturaleza, sin camiseta notando la brisa, escuchando una de mis canciones favoritas, la del arrendajo o la del cuco, es como si tuviera en lo más profundo de mis genes restos de memoria, en estado latente, de lo que pudo ser la vida de nuestros prehistóricos antepasados. En esos momentos estoy muy cerca, pero me siento muy lejos de la tecnología, ordenadores, televisión, ipods...tecnologia que por un lado nos ha hecho evolucionar, pero que no nos ha hecho más felices y para muestra, un botón.
Continúa la jornada, todavia no son las doce y decido ir hacia "las corrientes". Las corrientes, lo que fuisteis y lo que sois...siempre recordaré auquel dia, aquel dia de mayo en el que después de comer me acerque a probar suerte, nunca he vuelto a vivir un dia de pesca con tanta actividad, tanto de agua para abajo como en su superficie, aquella megaeclosión exorbitada de moscas de mayo y efemeras por todos los lados, formando nubes marrones. Casualmente me encontré alli con mi padre, quien un rato antes en casa habia dicho que iba a pescar, pero no dijo donde.
Pues bien, el estába en medio del rio, más arriba. Por señas le pregunté si habia cogido alguna, me afirmo que si levantando tres dedos de su mano izquierda.
Pronto entendí el poqué de su rapidez en pescar las 3 truchas, empecé a tirar en el primer remanso, rara era la varada en la que no tropezara alguna trucha, era algo increible, incluso tirando corriente arriba, dejando la cuerda muerta notabas como te picaban hasta tres y cuatro veces en una sola varada.
Pero en ese estado de tensión y nerviosismo en el que yo estaba, todavia me esperaba la mayor (y nunca mejor dicho) sorpresa. Decidí entrar en la poza, lugar que a pesar de su nombre, estaba azotado por una fuerte corriente. Y, aunque por alli ya habia pasado mi padre, conseguí una picada rio arriba, pero no era una picada como las demas, enseguida note que era una enorme trucha.Rápidamente empecé a silbar insistentemente a mi padre, tenia que asegurarme de que, si la trucha se me escapaba, al menos él viera las sacudidas que me daba a la caña arriba y abajo.
Pronto vi que aquella enorme trucha se me iba a escapar.
Y así fue, cuando la trucha pasó a mi lado izquierdo, donde la corriente ya tiraba de ella y de mi caña plass! se habia quedado con el indio carne en la boca, el corazón me estallaba y la rabia que me dio...mucha. Aquel dia conseguimos coger los dos el cupo.
Hoy las cosas han cambiado...

¡Que relato¡ esas son las cosas que hacen que cada día estemos más enganchados a esta afición y lo que más presta es poder contarla como tu lo has hecho sabiendo que hay gente dispuesta a escuchar y compartir esos buenos momentos.
Gracias por compartir tus vivencias que al fín y al cabo son nuestras vivencias.
Saludos

Podrías entrar más amenudo ,ribereño del padre Esla..!he sentido,lo he sentido!...es pesca en MAYUSCULAS...que bueno!!!!...en fin.
Un placer haber leído tu relato o vivencia.
pdo- ahora lo volveré a leer..y después de cenar otra vez..y otra y....

No sabeis como me alegro de que os haya gustado!
Lo cierto es que esta tarde mientras "estudiaba" empece a recordar historias como esta y empecé a escribir en el cuaderno. Al acabar de escribir y leerlo me dije "porqué no compartirlo?"
Espero tener más días de inspiración como este, para mi es un placer, muchas gracias

Muy bueno. Lo de escribir en el cuaderno, sobre todo después de regresar de pescar, no está mal. Habrá que ponerlo en práctica. Se pueden recoger experiencias, anécdotas, etc y luego compartirlas. Buena idea.

Saludos

Bonito relato.

Yo no puedo hacerlo, no paro de estudiar...me ha molaoo mazo mogollonazoo

salu2