Desde los inicios de la humanidad, el hombre ha capturado peces para su supervivencia.

Usaban las artes de caza para coger peces, lanzas y flechas, tanto en río como en el mar. Los métodos se fueron variando y perfeccionando para capturar toda clase de peces que vivían en todas las aguas. Muchos de los métodos de pesca empleados hace siglos siguen teniendo vigor hoy en día. Así, las bases de la pesca con mosca, la imitación de un insecto y su correcta presentación, han sido usadas por los Macedonios hace más de 1.700 años, y como veis tan poco han variado tanto.

En un principio, el hombre prehistórico, “pescaba” durante la bajamar recolectando cangrejos, pequeños peces y bivalvos que quedaban al descubierto. Uno de los métodos de pesca más antiguos que podemos encontrar es, sin duda, el de los llamados corrales de pesca. Usados por romanos y árabes, han estado funcionando de forma continuada hasta mediados del siglo pasado. Su origen es la captura de peces en roquedos naturales que al bajar la marea quedaban atrapados en pozas, favoreciendo su captura. La observación de esto fue lo que dio idea para la construcción de los corrales.

El corral de pesca es un método simple pero eficaz para pescar peces ayudándose de las mareas. Básicamente el corral de pesca está formado por un conjunto de muros hechos con piedra, lajas y rocas unidas entre sí y de forma natural por arena, ostiones y algas que actúan de cemento y que permiten a su vez, la entrada o desagüe del agua marina entre sus grietas, favoreciendo además, el solape y refugio de cangrejos y otros animales, los peces vienen con la marea a comer a la costa y en la bajamar quedan atrapados en los  corrales de pesca que son parcelas delimitadas por muretes que separan la superficie en distintos compartimentos quedando en seco en los periodos de bajamar.

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