Una gran pérdida sin duda, su Libro nos sirvió para avanzar en nuestros conocimientos de entomología.

Las moscas que eclosionan en nuestros cauces y su forma de montarlas.

Un trabajo extraordinario, para una vida dedicada a este arte que es la pesca.

El nos hizo sentir la naturaleza de una forma diferente acercándonos a los ríos no solo a pescar, sino a tener el conocimiento In situ de las poblaciones de insectos, sus clases y categorías.

Dedico mis palabras a Rafael del Pozo Obeso, lo mismo que el hizo y agradeció en el prólogo de su mejor libro a Virgilio Jiménez Conesa del que recibió sus primeras lecciones, por todo ello recibe nuestra admiración y reconocimiento.

Rafael no estás solo, los pescadores siempre te recordaremos en nuestro pequeño mundo.

Descansa en Paz.