Pescar a cebo es caminar por la orilla del río con sigilo, buscar la aproximación a la ribera con la cautela suficiente para que la trucha solo, tan solo, se altere al presentarle debidamente el cebo con una tirada certera.

Pescar a cebo es rasear la lombriz en la entrada de los pozos y sentir como la trucha la para y cuando la esta mascullando clavarla, es sentir como la corriente lleva la gusarapa viva río abajo y notar el tirón de la trucha cuando escapa con ella por debajo de una salguera y es pescar a tiento el gusarapin en las chorreras y clavarlas por el morrin en cuanto toman el cebo, es presentar un saltamontes, en la hora de la siesta, con una caña larga, veinte centímetros por delante de una cebada.

Pescar a cebo es disfrutar de la pesca sin lanzar demasiadas veces en el mismo lugar, no hacer demasiados planes y dejar que las cosas simplemente fluyan, es recorrer río y río sin cesar. Es conocer bien donde comen y allí proponerles el engaño….que no hay picada… cambiar de lugar y punto, y si siguen sin picar seguir intentándolo…. por que el río no solo aporta truchas, tiene más ofertas naturales que  dar y si se disfrutan te hace sentir satisfecho.

 Pescar a cebo es vivir el río y que la pesca signifique muchas otras cosas a parte de la difícil y complicada tarea de capturar pintonas. Es ir al río a gozar y de paso a pescar, es apasionarse con el ruido permanente de sus aguas y aprender de sus silencios y murmullo, disfrutarle y al mismo tiempo respetarle para que mañana sea igual que hoy.

Pescar a cebo es un más arte que ciencia y esto es una de las muchas razones que hacen de la pesca de la trucha a cebo un verdadero culto para los amantes de la caña en los ríos de alta montaña.

Pescar a cebo es sentir como una ventisca helada te abraza, en la Hoces de Vegacervera o en otro cualquier lugar, y te hace sentir vivo, es el contacto íntimo con la naturaleza en su estado más puro, que te atrapa y te fascina. Montaña pura y dura, es madrugar y con una luz aun tenue ver entre las aguas toda suerte de reflejos, mientras en la margen opuesta trina un petirrojo y el universo, todo el universo parece reposar sobre esta serena armonía, es sentir que el silencio invade la tierra, y el pescador, absorto en su faena, deja viajar su pensamiento por las corrientes del río, la terapia esta en marcha, desaparece todo mal y solo queda en el Mundo, ese río, esa pintona y este humilde pescador.

Pescar a cebo es respetar a todos los pescadores que estén dentro de las normas vigentes, es trasmitir a los amigos las sensaciones vividas, comentar a pie de río o en el bar los avatares de la pesca, es compartir en este foro historias y conocimientos… y opiniones, distintas o no, pero siempre con una idea;  disfrutar y mejorar la pesca.

Todo esto y mucho más es para mí la pesca a cebo y entiendo que alguien no comprenda mi sentir ni se emocione con ello pero no hay nada que comprender por que yo solo quiero disfrutar del río.

Saludos