El pasado fin de semana, aprovechando que era puente, me fui a dar un voltio al Pirineo Francés que no conocía (Gavarnie).  Mientras subía para cruzar por Bielsa, tuve ocasión de disfrutar del río Cinca en sus tramos altos, un río de alta montaña que bordea  el parque nacional de Ordesa – Monte Perdido en Huesca. Una maravilla  y una belleza de río de aguas cristalinas.

Cual fue mi sorpresa cuando, a pocos kilómetros para la frontera con Francia, empiezo a ver pájaros sospechosos. No daba crédito. No podía ser, cormoranes aquí no. Y uno, y otro, y más arriba otro, apostados en medio del río, sobre una piedra, sobre una rama, acechando a las truchas despistadas.

Paré en una gasolinera cercana y pregunté cómo es que había tantos; me dijeron que estaba infestado de garzas y cormoranes, pero que nadie podía hacer nada por eliminarlos, y que todos los ríos trucheros de la zona estaban arrasados y, de alguna forma, el turismo de pesca en retroceso. Una pena.

Al cruzar a Francia ya no volví a ver ningún pájaro más.

Un saludo.