Despedida del Curueño.
Nueve de la mañana, hora de la cita. Arrancamos prestos y deseosos de gozar de este paraíso natural. En nuestros recuerdos están jornadas inolvidables donde las pintonas autóctonas de este río, con su inconfundible y bella librea, han puesto a prueba nuestra habilidad e ingenio. Elegimos lugar…da igual, todo él es una maravilla, un regalo para la vista y los sentidos. Allí a la sombra del majestuoso Pico Bodón y rodeados de hayas, robles, acebos, servales, espinos, sauces, tejos, chopos, salgueras y …te de roca, orégano y más no sabemos muy bien si ponernos a pescar o a soñar, es tal la unión natural que su fuerza fortalece de tal manera tu alma que ya estas gozando…gozando libertad.
La mosca baja suave por la corriente y al rozar una roca…ahí la tienes, dice mi compañero, y la magia de la pesca ya lo envuelve todo. Las truchas a estas alturas de la temporada ya están muy “picadas” pero con nuestras moscas “secretas” (la rodri y la verdhoja), montajes novedosos y verdaderos plagios naturales, van saliendo para así completar nuestro goce. Sabemos que la pelea debe de ser corta y una vez en la sacadera librarla pronto del anzuelo que al ser sin muerte será rápido y facilitará que regrese al agua con las mejores garantías de supervivencia. La mañana va pasando perfecta, entre aguas y montaña, truchas, relatos y emoción, así podríamos estar horas, días…o toda una vida. Con una trucha peleona, luchadora hasta soltarse antes de entrar en la sacadera damos por finaliza esta despedida de la temporada del río Curueño, río emblemático de esta nuestra provincia. Gracias amigo…hasta la próxima Curueño.
Ya cambiados se acerca una familia que por allí andaba contemplando el paisaje. Nos preguntan por la pesca…pues bien, nos divertimos mucho…y mirando para una bolsa que reposaba al lado del coche nos dice el señor…pues por el volumen parece que hay un montón de truchas…nos echamos a reír y le enseñamos el contenido de la bolsa; latas, botellas, plásticos…basura y más basura. Esto es lo menos que podemos hacer por el río, degradarlo lo menos posible y dejarlo más limpio de lo que lo encontramos. Cuando marchábamos vi como recogían unos pocos residuos que seguramente ellos generaron.
No es una despedida triste porque mis recuerdos de ayer duraran toda la vida. Pero tampoco es una despedida optimista por lo que hemos vivido y porque el horizonte no es prometedor. Hemos comprobado que cuando los neveros invernales no atesoran esas reservas el río del olvido se desangra en cuanto comienzan los calores y los regadíos incontrolados. Hemos visto como uno de los mejores ríos nos ofrece sus fondos colmatados y mierda en roca. Sabemos también que pescadores sin escrúpulos apuran los serenos hasta complementar su avaricia. También furtivos profesionales y ocasionales han atosigado al Curueño sin compasión. En este río y durante toda la temporada se echa en falta un gran tramo libre sin muerte con su correspondiente vigilancia, claro.
Para comer, disfrutar del descanso y comentar la jugada elegimos la terraza del Aprisco, allí en lo más alto, entre historia, rocas y montañas. Estamos en la sobre-mesa cuando un montañero se acerca y después de los correspondientes saludos se libra de su enorme mochila y se une poco a poco a la tertulia. Carlos García, un Cántabro enamorado de la montaña y del senderismo, un caminante solitario porque nadie le sigue el paso… nos comenta, también y lo más importe, nos dice, porque es muy difícil encontrar a alguien que comparta la misma idea, los mismos gustos, los descansos y silencios. Hizo el camino de Santiago tres veces y otros caminos y rutas importantes de nuestra piel de toro. Se considera un caminante de largo recorrido y dice que cuando estas allá arriba, en la cumbre, y la vista se pierde en el horizonte, uniendo valles, ríos y montañas, te das cuenta que todo está conexionado, que formamos parte de ese todo que tenemos que respetar y conservar, porque somos una misma cosa. Nos comenta también que la montaña leonesa es una maravilla y con muchísimas posibilidades, pero es una pena que cuando te metes en ella desaparecen las señalizaciones de rutas y se nota la despreocupación de la administración, proponiendo nuevos asentamientos, estaciones de esquí y consintiendo autopistas de alta tensión. Carlos por donde andes suerte y un saludo compañero. Entre bebidas refrescantes nuestra amena conversación se alarga y la tarde se hace fiesta muy cerca de un cielo azul donde aves rapaces exhiben sus acrobacias. Ahora mi alma podría saltar al vacío y volar entre ellas, posarme en las cumbres más altas y allí gritar…gritar libertad…vida y libertad.




