¿Campanas para la esperanza?.

Habría que tocar campanas, cuando vemos en el  río mucha trucha de talla pequeña, a dos días del final de temporada.

Todos pescasteis, no fue casualidad, es que las hay y se mostraron, un tramo bonito, seguramente muy pescado, pero siguen allí y me alegro, es la esperanza de que se hagan adultas de que puedan regenerarse y tener descendencia.

También deberíamos tocar las campanas, cuando veamos una Guardería dedicada a vigilar los ríos solamente y que los montes y los fuegos sean cosa de otras personas dedicadas a esa especialidad.

También cuando veamos el afán de preocupación de los Gestores, actuando sobre la problemática de los ríos, y del deporte de la pesca, con Normas sensatas que lo regulen, tratando a todos los colectivos por igual, no discriminando algún arte milenaria que existe desde que los anzuelos se fabricaban con huesos de animales.

También deberíamos tocar las campanas cuando los ríos bajen con caudales estables que no perjudiquen a las poblaciones de peces, truchas y demás fauna piscícola, que no influyan tanto las eléctricas cuando lo que se desea, no es solo generar KW =€€€, sino también aguas con una riqueza piscícola de la que se sirvan los aficionados a este deporte, no solo de aquí, sino también de otros países.

Que llegando a los finales de temporada no dejen que los ríos se queden en niveles  que no respetan el caudal ecológico.

¿Podremos algún día, estar de acuerdo todos en esos principios? Buscar el término medio y no solo favorecer al fuerte, a los que poseen la fuerza del dinero.

Ese día si que habría que tocar las Campanas.