Historia del Rìo Porma, ejemplo de riqueza piscìcola, como seguramente pudiese ser otro cualquiera de esta Provincia.
Bien puede ser la de un rìo cualquiera, en unos años que historicamente no nos quedan tan lejos.
Sus avatares, son muchos, influenciado por la riqueza que proporcionaba, el deseo de poseer y beneficiarse movìa amistades para favorecer a unos
Y como podemos ver perjudicar a otros.
Las poblaciones de truchas, barbos etc se veìan afectadas, y ya hasta nuestros dìas asì sigue ocurriendo, cualquier Ley o cambio en la legislaciòn ha influido unas veces negativamente y alguna con resultado positivo, para
volver caer en picado.
Saquemos la moraleja, de estas letras y ver como las polìticas y lss leyes dictadas sin estudios previos, pueden terminar con esa riqueza.
Estas letras que siguen son sacadas del estudio de un pueblo conocido por todos nosotros, antaño vergel
de truchas y pesca, es Vegas
Del Condado ribereño de este apreciado y querido
Rìo Porma y el Autor de su
Historia D. Restituto Martinez Rodriguez la ha escrito en 1980.
Pero volvamos a nuestro río.
Ya el siglo X se hablaba de sus truchas. Eran los tiempos de la gran escasez de alimentos. La guerra para reconquistar nuestro suelo dejaba a los pueblos en la mayor miseria. La repoblación de nuestras aldeas y sobre todo de nuestras ciudades se encontraba con ese grave problema. Los reyes tenían que dictar leyes muy rigurosas para que la entrada de víveres en las ciudades no se viera mermada por los logreros y ladrones profesionales.
Con respecto a este difícil abastecimiento encontramos un interesante pasaje en un libro del Sr. Sánchez Albornoz titulado "Estampas de la vida en León hace mil años". Nos dice este ilustre autor que en tiempos de Ramiro III se pudo contemplar la siguiente escena en un lugar llamado "Puerta del Obispo": un desdichado que había sido desposeído previamente de casi todas sus ropas y ante la presencia de numeroso público, recibía de un sayón numerosos vergajazos por haber sido sorprendido desvalijando a unos pescadores del alfoz, que traían a León truchas del río Porma.
Ante la fama, al parecer bien ganada de las truchas de este río, cabe suponer que D Pedro Núñez de Guzmán, al invitar al rey de León Alfonso XI a una cacería de varias jornadas en sus posesiones de Vegas del Condado le obsequiara, juntamente con la nobleza de su séquito, con truchas y cordero del país, que eran los platos favoritos más importantes en el yantar de las mesas señoriales.
Por entonces y en siglos más acá se usaba y abusaba de esta clase de pescado, sobre todo en aguas bajas estivales, por lo que se llegó a temer la desaparición de la especie en algunas zonas del río más castigadas.
El problema se hizo más agudo cuando, ya en tiempos modernos, comienza el aprovechamiento de las aguas para el riego, dejando al río sin corriente durante muchos días de verano. La pesca se refugiaba en algunos pozos que contenían escasamente el agua necesaria para no morir. Allí se la perseguía con toda clase de aparejos. No era raro ver por las orillas del río en aguas bajísimas a personas provistas de un arpón, especie de un tenedor
llamado "rejaque" para descubrir y dar muerte a la trucha que buscaba la sombra proyectada por unos yerbajos en el agua o el freso de una pequeña corriente para no morir de asfixia
No obstante y como por arte de encantamiento, al subir el nivel de las aguas salvando el obstáculo de las presas para el riego, el río se volvía a poblar alcanzando niveles parecidos todos los años.
El río, desde siempre, se le ha tenido por algo muy importante para el bienestar de los pueblos por el variado uso que se hace de sus aguas y por su riqueza piscícola
En cuanto a la pesca los pueblos vieron en el río durante muchos años un capítulo de ingresos que contribuían a sanear la escasez de recursos durante buena parte del año; por eso lo arrendaban
El arriendo del río en la localidad de Vegas del Condado se solía hacer por un año y el precio que tenía que pagar el arrendatario era de dos clases: en dinero y en especie. El dinero estaba sujeto a variaciones, pero lo pagado en especie rara vez admitía cambios pues conocemos el del año 1833 en el que figuraban una libra de cera, un cántaro de vino para el día de Villasfrías y cuatro libras de truchas para el cura el día del Corpus. Y estas mismas especies las vemos en el arriendo del año 1885, año en que empezó a pagarse el arriendo en pesetas. Pues antes eran el real y el maravedí las monedas en uso
A partir de 1885 las entregas en especie sufrieron cambios en más o en menos hasta ser suprimidas totalmente, pues según los datos que tenemos referidos al año 1898 el pecio del arriendo fue solamente de 25 pts. Y de 21'30 pesetas en el de 1899.
Pero veamos también la otra cara de la moneda. Al limitar el número de arrendatarios es natural que se produjeran serios disgustos entre los pescadores que veían apolillarse sus redes mientras otros las usaban a placer. Era la amistad, entre otras causas, la que entraba en juego en esta clase de concesiones. Y de ello tenemos sobrados ejemplos en los primeros cuarenta años de nuestro siglo.
Afortunadamente este trato desigual ha terminado. Hoy no es el favor, es la ley la que ha colocado en un plano de igualdad a todos los pescadores
Refiriéndonos a nuestros tiempos, dos hechos importantes se han producido en orden a la riqueza piscícola de nuestro río: la regulación de la corriente durante el verano por el embalse de Vegamián y el establecimiento de zonas acotadas. Estos dos hechos, no obstante el aumento casi exagerado de pescadores, han aumentado en cantidad, en calidad y en peso los ejemplares capturados, como lo prueban con sus cañas las numerosas personas que se dedican a este bello deporte.
Además de la trucha otras especies de pescados menos importantes se han venido capturando en las aguas de este río. El barbo, que está en merma y ya no suele pescarse con caña ni con el farol por las noches y la boga, que sigue abundando y es muy fina. También escasean hasta poderlas considerar como desaparecidas la anguila, la carpa y la tenca
El cangrejo es otra riqueza que nos da el agua en esta zona.
En el primer tercio de nuestro siglo se capturaban grandes cantidades de este crustáceo usando para ello distintas artes, incluso a mano. Se destinaban casi en su totalidad para el consumo propio.
En la actualidad se ha extendido mucho el consumo de este pescado. Los traficantes de la capital lo buscan con avidez. Se paga a precio muy elevado, por lo que ha aumentado considerablemente el número de pescadores.
Hoy se quejan de que escasea mucho y lo atribuyen a las siguientes causas:
1º.- Las aguas frías procedentes del pantano de Vegamián
2º.- L abundancia de pescadores
3º.- En el poco reparo en el tamaño de las piezas capturadas
4º.- La monda de las conducciones de agua para el riego
Para que la riqueza piscícola de nuestros ríos no vaya a menos dispone ICONA de una plantilla de más de 150 guardas.
Nota.- Si a alguien le interesa saber o conocer algo màs de la Historia de este Pueblo de Vegas del Condado, acudir a este enlace:
http://www.google.es/url?q=http://www.vegasdelcondado.com/restituto.htm&sa=U&ei=b9mqVPb7BMfuaLa4gPgH&ved=0CA0QFjAB&usg=AFQjCNH-M7VVYlIbj1m3Sk5ec3ulD3v5lg
