Suelo pasar las largas tardes de este verano y muchos anteriores, en el Parque Monte San Isidro.
No me aburría, porque de paso contemplaba las partidas de cartas de otros amigos que justo al lado jugaban a la treinta y una.
Buscaba algo en el coche cuando veo una bolsa que contenía varios folios, entre ellos el Artículo que escribió hace cuatro años, el 13 de Agosto de 2014, no oculto que me emocioné al leer este buen texto escrito por un profesional del Periodismo, pero mas por que está escrito de una forma sincera, donde abre el corazón y los sentimientos.
D. Ordoño, el hombre precursor de los males que los ríos iban a sufrir, con mucha antelación........ahora rondando los 90 tacosy lúcido como siempre, qué suerte de encuentro aquel día que le conocimos....
Te pido disculpas Eduardo, por sin pedirte permiso traer aquí tus palabras sinceras, y a ese hombre que tan bién reflejas.......
Amigos así se ha escrito la Historia de los ríos de León, con personas como esta que tanto nos deleitaba en la Prensa.
Con el maestro, Llamas Gil, Don Ordoño…
Escrito el 13 agosto, 2014
Un encuentro que, por inesperado, nos colmó de alegría a ambos
La presa de Carbajal de la Legua punto de encuentro imprevisto.
Después de muchos años, el destino nos volvió a juntar a pie de presa compartiendo jornada cangrejera
UN SEÑOR DEL RÍO Y LA PESCA
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Texto y fotos: Eduardo García Carmona
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Merece la pena salir al río, al campo, a la montaña…merece la pena salir con los amigos, aunque sea a la esquina de casa pero si encima al doblar la calle te encuentras a una de las personas más querida y admirada en esto de la pesca, lo cierto es que la salida se convierte en gozada.
Jugando con las flores de mi jardín, la mejor es poder decir que he abrazado y hablado con DON ORDOÑO LLAMAS GIL…¡Esaha sido la mejor flor que he podido ver hoy!
Qué alegría señores. Hacía muchos años que no sabía nada de este caballero, amante de la pesca, defensor del río, del pescador, de la naturaleza, pero especialmente de “la reina de nuestros ríos”.
Ordoño, con su magistral pluma, en todos sus escritos en los medios de comunicación, en sus libros, aunque alguno sin publicar, ha dejado un fiel reflejo de su amor por León y la pesca, algo directamente proporcional a su gran pasión por la captura de la salmo Trutta Fario de nuestros ríos, aunque cada vez quedan menos, como él las vio y disfrutó caña en ristre.
Cada vez creo más en el destino. Hace unas fechas, Venancio Álvarez, otro gran amante de León y sus ríos, ciencia escrita y memoria única de lo que ocurre en sus orillas, pese a que de retina no esté como un chaval, sí lo está de pensamiento, sacó a relucir las maravillas escritas de DON ORDOÑO LLAMAS GIL, y en Territorio Pesca, de mi estimado,Rodrigo Prado Núñez “Lachis Padela”, ha publicado las cosas que él contaba hace un montón de años y que continúan aún vigentes.
Desde ese día, comencé a pensar en aquel ilustre pescador al que conocí y admiré. Tantas ganas puse pensando en él que, sin querer, me lo he topado de narices saliendo a pescar cangrejos a una presa, junto al río Bernesga de León.
EL ENCUENTRO
Nunca sabemos lo que nos puede deparar el destino. ¡Qué cierto!
Sinceramente, con la rodilla izquierda hecha un “trapo” por volver a jugar a pádel, y a la espera, casi seguro devolver a pasar por el quirófano después de 12 días postrado en casa con la pierna en alto y compresas de hielo, mucho hielo, me he atrevido a salir al río, que debe ser lo mío porque, ya veo, que el pádel no.
Ayudado de “San Ibuprufeno”, y mi amigo José Luis Méndez, decidimos darnos un paseo hasta
Carbajal de la Legua, entrando por su carretera antigua,hasta llegar al viejo molino. Cuando llegamos vemos un coche plateado aparcado a la izquierda, junto a la barandilla del molino. De él,salen dos pescadores. Si, si, pescadores a la antigua usanza, con su traje de camuflaje, gorra, cesta de mimbre con solera, uno; el otro, con su gorra o boina madrileña, bolsa de plástico en mano y la vara dispuesta para acercarse a“retelar” la orilla de la presa del molino.
Después de comentar con mi compañero José Luis, que ya nos habían “jodido” la tarde y que tendríamos que irnos a otro sitio, porque se nos habían adelantado, abro mi ventanilla y, tras las buenas tardes, entablamos conversación.
Ordoño Llamas Gil
De repente, ese pescador metido en años,con barba canosa y perilla bien arreglada, le dice a su compañero, “ven para aquí un momento que te voy a presentar a Carmona. ¿Sabes quién es? A lo que su compañero le dijo que no, presentándome como uno de los mayores defensores del río y la trucha, uno de los más duros críticos y “cañero” en este mundillo dela pesca y los pescadores.
Le pregunté, ¿y tú quién eres?
Soy Ordoño Llamas…¡Joer, no te conocía vestido de guerrero!, le dije. Hacía muchos años que no sabía nada de ti y tenía muchas ganas de volver a verte, más después de ver el reportaje de Venancio Álvarez sobre tu libro de pesca en el blog de Lachis, Territorio Pesca.
Continuamos disertando de pesca y, como una gran mayoría de pescadores, de los de antes, Ordoño Llamas Gil y su compañero, se dedican al cangrejo y el lucio porque la trucha, apuntan, hay poca y no merece la pena salir a pescarla, tal y como lo han puesto de complicado este año.
A nosotros nos gusta pescar la trucha y llevarla para casa y eso ahora no se puede. ¡No merece la pena salir a pescar!
Hombre, le dije a Ordoño, tampoco es eso.Yo, este año he pescado más y mejor que hace muchos años. Da gusto ir a pescar truchas. Los ríos están solos y tienen mucha y buena trucha, aunque siempre hay excepciones.
Si pero, yo, no pesco sin muerte y nos han echado del río ya mis 84 años, ya me dirás, como para reciclarme, me suelta este gran pensador del río y la naturaleza. Me tengo que descubrir ante su personalidad y darle la razón, aunque me quede con “un poquito”, sólo.
LA JORNADA CANGREJERA
Continuamos dialogando y haciéndonos fotografías ante el molino que, pese a estar cerrado, se conserva perfectamente,pese a tener tapiadas ventanas y entradas.
La nota triste la puse en mi boca cuando le pregunté por su hijo, también Ordoño, un gran estudioso enamorado de la naturaleza como su padre.
Que un progenitor tenga que enterrar a su hijo es un tremendo dolor y, aunque la
cara le dio un giro de tristeza a su tez con frente despejada y clara, se repuso en décimas de segundo.
Le miré a los ojos, y tras sus gafas pude adivinar la tibieza del dolor que siente un padre ante situación tal pero, me contó cómo había ocurrido, con toda naturalidad.
Lo siento mucho Ordoño, pero desde aquí,desde PesCarmona,te mando un abrazo, allí donde estés, y te pido que continúes guiando, a tu señor padre, muchos años por estos senderos de amor a la pesca,por él labrados, algunos; senderos de vida, de recuerdo, de paz, sosiego yamor, mucho amor, porque sin él, la afición a la pesca no es nada para nosotros, los humanos, que no se para ti, que estás en la otra vida.
Nos despedimos después de preguntar a Ordoño Llamas Gil y su compañero para donde querían pescar, si
hacia arriba de la presa o hacia abajo,que para eso estaban ellos primeros.
Decidieron ir hacia abajo del puente de la carretera, mientras que José Luis y yo, nos fuimos molino arriba.
Nos quedamos en ver a las 20 horas. Eran las 18 horas, o seis de la tarde, y el cielo estaba encapotado con amenaza de tormenta, por lo que decidimos aprovechar un par de horas.
A José Luis y a mí, no se nos dio del todo mal, aunque tampoco fue para tirar cohetes. Conseguimos cuatro docenas de cangrejo señal terciado, node los grandes, aunque algunas piezas eran de calidad.
La presa está muy pescada. Ellos, tuvieron que conformarse con la mitad, másomenos pero nos despedimos todos muy felices.
Les invitamos a probar la empanada que llevábamos pero, prefirieron ir para casa que estaba próxima, en el mismo Carbajal de la Legua.
Un estrechón de manos y, ¡ojalá nos volvamos a ver pronto! fue el saludo final.
Sonó el claxon del coche plateado alejándose por el asfalto de la antigua carretera y me quedé mirando con admiración.
En el ambiente, el olor a gasolina del tubo de escape, y a lo lejos desparecía el auto camuflándose entre el ramaje, el gris del cielo pero dejando una “luz” con halo celestial de un personaje de León, que para mí siempre ha sido como un “Dios del río y las truchas”.
Gracias, Don ORDOÑO LLAMAS GIL, por compartir con este humilde “junta letras” amante, también, del
Río, los peces y la naturaleza, unas horasde su precioso tiempo pero, sobre todo, por continuar siendo quien es…… UN SEÑOR DEL RÍO Y LA PESCA.



